TARDE DE DICIEMBRE
Vamos a por el pino. Hay árboles de sobra. Los cuidan y replantan. Los limpian y los podan. Aún no prohibieron con leyes y sanciones disfrutar de lo auténtico de la vida, de todo lo que ofrece sin pedir nada: caminar un camino, observar una nube, comer moras silvestres, acariciar el musgo, beber en los arroyos, arrancar una caña. Todavía se puede oler el eucalipto, compartir un acebo o encender una hoguera o coger una rana. Aún no lo condenaron. Todavía es posible pisar charc