Preguntas al aire que buscan respuestas
¿Qué habrá sido de todo lo que ha sido? ¿Y aquello que no fue en dónde permanece? ¿Qué de los nombres que ardían cuando los pronunciábamos; de los brazos que abrían tan pronto el sol brotaba, de los presentimientos abatidos? ¿Qué muere cuando se muere? ¿Quién abre las imponentes compuertas del dolor? ¿Quién habita en el luto; quién sobre la superficie del olvido? ¿Dónde queda el paisaje que miramos, dónde las estaciones desprovistas? ¿Quién ocupa los sueños que movemos, quién la vida que hasta entonces vivimos?
Lo que la noche encubre, ¿dónde se manifiesta, cuándo materializa sus designios? ¿Cómo será, a la luz, lo que no imaginamos? ¿Cómo la sombra de lo más transparente? ¿Qué perfil mostrará el futuro más próximo? ¿Si el silencio sonara, qué obraría en cada instante, qué en cada pensamiento; cuántas palabras nuevas, cuántos callados gritos? ¿Nos parecemos algo a lo que deseamos; nos acercamos más a lo que aborrecemos o a lo que perseguimos? ¿Quién dictamina nuestras voluntades; quién endereza nuestras decisiones; quién fragua nuestros credos; quién da capacidad a nuestros silogismos?
¿Quién sabe ciertamente a qué ha venido y por qué ha de partir y el qué de mientras tanto y el para qué desde un principio? ¿Merecerá la pena reconocerse nieve? ¿Ser roca es más intenso? ¿Es más larga la espera que la costumbre? ¿Más profunda la herida que el entusiasmo? ¿Menos punzante la distancia que el cariño? ¿Cuánto mide el amor; quién traza sus volúmenes, quién pule sus costuras, quién decide sus dunas y sus siglos? ¿Por qué la libertad y el amor no armonizan? ¿Por qué no se acompasan sus agujas? ¿Y el odio dónde incuba? ¿Por qué no desguarnece? ¿Quién sigue apadrinando sus fases monstruosas, sus rizomas endémicos? ¿Quién diseña sus rutas, quién lima sus cuchillos?
¿Cómo será el ser un ser inexistente, siempre lejos de ti, siempre vacío constante, siempre impresión de espíritu? ¿Qué llevaré en los ojos, con qué imagen iré a las amplias regiones de la nada? ¿Qué pensará la música cuando nos separemos; y qué la luna y los espacios, qué la indiferencia de la mar y los ríos? ¿Qué sucede al otro lado de la soledad; quién dicta su mudez, quién sostiene sus murales de humo? ¿Dónde se pierde el contorno del mundo, a qué altura no se percibe la angustia de la tierra? ¿Qué nos sucedería sin memoria, qué sería de las cosas sin olvido?
(La Nueva España. Abril 2013)