NEGRURA DE NIEVE
El autobús de línea, lunes de puro invierno, las seis de la mañana. Me duelen las orejas de tantos sabañones. Está todo cubierto, toda la tierra cana. Llevo una trenca verde que heredé de mi primo y unas botas de goma duras como una helada. Vamos hacia Avilés, nos sentamos en la primeras fila, mi padre habla con el chofer, yo pido siempre la ventana, aunque tampoco puedo mirar lo que quisiera, ir mirando a los lados me marea, y encima tantas curvas lo rematan. Por eso no nos