MUJERES ENCENDIDAS
(Recuerdo de aquel viaje a la selva...) No tememos al viento ni a sus raudos cachorros / ni a las largas serpientes de la rutina. / No nos asustan los nubarrones de la fugacidad / ni añoramos los lienzos sagrados de la nieve / ni envidiamos la vistosa abundancia / del mundo que pelea. Cuando nos adentramos en la espesura / de la naturaleza / y damos nuestros pechos a la geografía del café / y a la humildad del barro, / nos amedrenta el hombre / y su bestial instinto, / el hom