Respeto, paz y afecto por encima del tiempo y sus enigmas. Por encima de mapas, concilios, convenciones y provecho y alianzas. Paz, la paz que merecemos como seres humanos, que no entiende de códigos ni riquezas ni préstamos ni trucos ni intereses ni trueques ni finanzas. La paz grande y sencilla, generosa y salubre que merecemos todos aquellos que habitamos sobre esta tierra, hoy. La paz que nos quitaron cuando, cuentan, andábamos por aquel paraíso de cielo azul y arbustos e
Cambiaremos el mundo con paz y poesía. No lo duden ustedes, y recuerden: con paz y poesía, porque son alimento que nutre y no destruye. Son el sabor indispensable de la luz. Fuerza de la corriente y del amor. Esencia de la altura y todo lo que cubre. Paz y poesía en la leche materna y en las enciclopedias que los niños aprenden de memoria y por siempre. Y en los alrededores de las fábricas y capitolios donde unos se enriquecen y otros se pudren. Paz y poesía en los vacuos dis