Subieron cielo arriba
con gigantes megáfonos:
«¡Quien entienda una guerra,
que levante las manos!».
Y sólo un presidente
y un rey refunfuñón
y un obispo reumático
y un fabricante de hambre
y un falso ecologista
y un inventor de marcas
y un coronel jorobo
y un vendedor de lágrimas
y un cazador de cuentos
y un dirigente ufano
y el abuelo de un monstruo
levantaron el brazo.
(Bueno…, y unos buitrecópteros
con pancartas carnívoras
que esparcían catarros).
©Aurelio González Ovies
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