"La obra sirve para recordar los primeros momentos del colegio", señala el autor de los versos surgidos en el confinamiento
Noé Menéndez
17·01·24 | 04:05
"Este libro surgió hablando con maestros en el confinamiento. Nos empezamos a dar cuenta de que hacíamos escuela en casa. La idea era que lo utilizasen los maestros del colegio Dolores Medio, pero al final queremos ofrecérselo a todo el mundo". Aurelio González Ovies tiene un nuevo libro en sus manos. El autor gozoniego acaba de sacar del horno "Una escuela es una casa", "un libro muy sencillo, para que los más pequeños de la casa puedan memorizarlo y vean todo lo que les da la escuela".
A pesar de que la idea surgió en pleno confinamiento, "Una escuela es una casa" acaba de salir a la luz. "Es un problema que le ha pasado a todo el mundo. Todas las editoriales se retrasaron y eso provocó un colapso. Tuvimos que hacer cola, pero finalmente conseguimos ver la luz", reconoce González Ovies, que afirma que "para publicar nunca tengo prisa". Aunque hayan pasado ya años desde la pandemia, su libro se puede aplicar a día de hoy. "La obra sirve para recordar los primeros momentos del colegio, de los amigos que haces en esa época y duran para toda la vida... Además, buscó ensalzar la figura de los maestros, que creo que está infravalorada y es una labor primordial", apunta el escritor.
Además, al tratarse de poesía, González Ovies cree que puede favorecer a que los niños lo puedan aprender. "Es un libro que está hecho en verso porque necesitamos más poesía. Creo que puede ejercitar la memoria de los niños, la rima ayuda mucho a recordar", señala el autor. Para hacer el libro más atractivo cuenta con las ilustraciones de Ester Sánchez, vieja conocida suya. "Hemos hecho ya ocho libros juntos. Ha quedado magnífico", reconoce.
"Es un libro muy abierto, se puede seguir jugando con él. Han sacado un cuaderno educativo sobre el libro, creo que puede tener salida", añade el gozoniego, quien describe su libro como "un himno a los valores esenciales de la infancia y los maestros".
"Estudié en un pueblo y en una escuela pública con no muchos libros, de aquella", recuerda González Ovies. "Aquel edificio de ladrillo visto, hoy ya casi sin función, me traslada a la infancia y me trae a la cabeza muchos recuerdos gratos y muchos nombres propios. La escuela pública suponía unión: bajar en grupo cada mañana, esperarnos a la salida y volver, cartera en mano, atravesando prados y caleyas. Y equivalía a futuro: allí construimos la base de todo lo que fuimos luego, de lo que somos hoy en día".
La idea de educación ha cambiado en las últimas décadas, permeable a nuevos conceptos o a viejos planteamientos redescubiertos, y con ella ha variado la forma en que los niños y niñas acuden a clase. Por lo general, se les trata como lo que son, personas, y no como proyectos, como adultos en potencia.
Fuente: La Nueva España, 17-01-2024.
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