De nuevo en la Librería Juan Rulfo, acompañados por los incondicionales del verso y por el calor de todos los que gestionan y hacen posible la gran difusión del Fondo de Cultura Económica, corroboramos que la poesía aún se adentra por alguna rendija del sentimiento humano.
Gracias, Bertá Piñan, por esa presentación tan entrañable. Gracias, María García Esperón, por haber cruzado, una vez más, el océano.
Aurelio González Ovies